MONISMO

El planteamiento de algunos filósofos es el monismo en donde el alma y cuerpo no son de naturaleza radicalmente diferente sino manifestaciones distintas de la sustancia única que constituye la totalidad de las cosas (arqué).
Esta filosofía sostiene la existencia de una sola sustancia a la que pueden reducirse como manifestaciones suyas de la totalidad de seres del universo. Se establece un único principio al que se reduce todo lo real.


El monismo es un sistema filosófico que sostiene que en la última instancia, sólo existe una sustancia primaria en el universo; así, para el monismo materialista, la sustancia primigenia del universo sería la materia y, por el contrario, para los idealistas sería el espíritu esa sustancia básica.
Para los filósofos monistas materialistas contemporáneos la materia formada en la Gran Explosión dio lugar al universo y sólo esta materia explica la realidad.


Los principales filósofos monistas son Parménides, Demócrito, Spinoza, Berkeley, Hume y Hegel.
El monismo neutro fue introducido en el siglo XVII por el filósofo Spinoza y es una teoría filosófica que predica que la sustancia básica no es ni física ni mental sino que puede ser reducida a una misma materia neutra cuya naturaleza no sería ni física ni mental.
El monismo atribuye a la idea igual importancia que a la percepción. La idea puede, sin embargo, encontrar expresión en el individuo humano; y en cuanto que el hombre sigue los impulsos procedentes de esa esfera, se experimenta a sí mismo como libre. Por otra parte, el monismo niega toda justificación a la metafísica basada solamente en conclusiones y, por tanto, también a los impulsos del actuar procedentes de los llamados “entes en sí”.


El Reduccionismo Monista
Los partidarios de un planteamiento monista de la cuestión niegan la existencia de la mente como una realidad distinta del cerebro y adoptan alguna forma de reduccionismo, tratando de explicar los fenómenos mentales en términos físicos o biológicos.
Las posturas reduccionistas consideran, en general, que la distinción entre la mente y el cerebro es debida a la insuficiencia actual de nuestros conocimientos acerca de los procesos cerebrales, pero que el desarrollo científico futuro permitirá reducir los fenómenos mentales a fenómenos puramente físicos o biológicos que tienen lugar en el cerebro.


Características
Admisión de una única sustancia o principio fundamental originario.
Afirmar que esa única sustancia se manifiesta en una pluralidad de seres individuales con propiedades en apariencia distintas e incluso contradictorias entre sí.
Como tesis ónticas, la afirmación de que gnoseológicamente, es posible armonizar la aparente oposición y diversidad de los seres individuales y reducir a todos ellos en si misma entidad, al principio o sustancia única del que se derivan.


Formas del Monismo
MATERIALISTA - la única sustancia es de naturaleza material y no espiritual.
ESPIRITUALISTA - el cual establece que sólo existe la sustancia espiritual.
DE LA IDENTIDAD - mantiene la existencia de la materia y el espíritu como manifestaciones de un principio más originario, se trata de un monismo que pretende armonizar las dos anteriores.
Tal es la postura de Shelling: “El principio único y originario es lo absoluto que se manifiesta en la naturaleza y el espíritu; en lo absoluto la oposición entre lo material y la espiritual se reduce plena identidad (panteísmo)”.
Tanto el monismo materialista como el espiritualista pueden adoptar una forma evolucionista o no evolucionista.


El monismo materialista ha adoptado dos formas:
MATERIALISTA - en donde la sustancia se identifica con la materia.
ENERGÉTICO - reduce a la sustancia en energía.
El monismo espiritualista no evolucionista mantiene como única sustancia al espíritu del que los seres materiales son meras manifestaciones accidentales.
La sustancia espiritual se identifica con la sustancia divina y este monismo adopta tres formas:
EMANATISTA - de la sustancia divina emanan los seres individuales (NEOPLATISMO)
PANTEÍSTA - el universo se considera como una manifestación de Dios no de carácter emanado.
ACOSMISTA - los seres individuales son manifestaciones de la sustancia divina, pero de manera accidental y desprovista de valor.


El monismo espiritualista evolucionista admite que la sustancia espiritual se manifiesta a lo largo de un proceso intrínsecamente evolutivo.
Las Consecuencias del Monismo
La concepción unitaria del mundo, o el Monismo que se ha considerado, deriva de la experiencia humana los principios que necesita para explicar el mundo. De igual modo busca las causas del actuar dentro del mundo de la observación, es decir, en la naturaleza humana accesible al auto-conocimiento y especialmente en la imaginación moral.


Se niega a buscar las causas últimas del mundo por medio de conclusiones abstractas, y fuera del mundo que se presenta a la percepción y al pensar. Para el monismo, la unidad que la experiencia de la observación pensante añade a la multiplicidad de las percepciones es, al mismo tiempo, la que exige la necesidad humana de conocimiento, y a través de la cual trata de penetrar en las regiones físicas y espirituales del mundo.


El individuo humano, de hecho, no está separado del mundo. Es parte del mundo y existe una conexión real con la totalidad del cosmos, conexión sólo rota para nuestra percepción. Al principio esta parte como un ser existente por sí mismo, porque no vemos los hilos y lazos por los que las fuerzas fundamentales del cosmos mueven la rueda de nuestra vida. Quien se limita a este punto de vista considera la parte de un todo como si fuera realmente un ser de existencia independiente, como una mónada que de alguna manera capta información del mundo desde fuera.


El hombre sólo puede encontrar su existencia total y completa en el universo a través de la vivencia intuitiva del pensamiento. El pensar destruye la ilusión causada por el percibir e incorpora nuestra existencia individual a la vida del cosmos.
La unidad del mundo de los conceptos que contiene las percepciones objetivas acoge también en sí el contenido de nuestra personalidad subjetiva.


La ciencia se ha esforzado por conocer las percepciones descubriendo las relaciones sistemáticas entre ellas como realidad. Sin embargo, donde se opinaba que las relaciones comprobadas por el pensar solamente tienen una validez subjetiva, se buscaba la verdadera causa de la unidad en un objeto más allá del mundo de nuestra experiencia (un Dios inferido, la voluntad, el Espíritu absoluto).


Sin embargo, no se comprendía que el pensar abarca a la vez lo subjetivo y lo objetivo, y que la realidad total la proporciona la unión de la percepción con el concepto. Sólo mientras consideremos las leyes que compenetran y determinan la percepción en la forma abstracta del concepto, nos encontraremos, de hecho, con algo puramente subjetivo. Sin embargo, no es subjetivo el contenido del concepto que se añade a la percepción con la ayuda del pensar. Este contenido no está tomado del sujeto, sino de la realidad.


En contraposición, el monismo muestra que el pensar no es ni subjetivo ni objetivo, sino un principio que abarca ambos aspectos de la realidad. Cuando observamos pensando realizamos un proceso que pertenece al orden del acontecer real. Por medio del pensar superamos dentro de la experiencia misma la unilateralidad de la mera percepción. No podemos desentrañar la esencia de la realidad por medio de hipótesis conceptuales abstractas (por la reflexión puramente conceptual), pero vivimos en la realidad, si encontramos las ideas que corresponden a las percepciones. El monismo no busca para la experiencia algo no experimentable (metafísico), sino que ve la realidad en concepto y percepción.


Prescinde de buscar la realidad absoluta fuera de la experiencia, porque reconoce el contenido de la experiencia misma como realidad.
El monismo muestra que aprehendemos la realidad en su verdadero aspecto a través de nuestro conocimiento, no como imagen subjetiva que se interpone entre el hombre y la realidad. Para el monismo, el contenido conceptual del mundo es el mismo para todos los individuos humanos.
Según los principios del monismo, un individuo humano considera a otro su semejante, porque está compuesto del mismo contenido del mundo que se expresa en él mismo. En el mundo conceptual unitario no existen tantos conceptos del león como individuos que lo piensan, sino solamente uno. Y el concepto que A añade a la percepción león, es el mismo que el de B, sólo que aprehendido por otro sujeto de percepción. El pensar conduce a todos los sujetos perceptores a la misma unidad ideal común a toda la multiplicidad. El mundo unitario de las ideas se expresa en ellos como en una multiplicidad de individuos.


En tanto el hombre se aprehende a sí mismo solamente por la auto-percepción, se considera como ser humano particular; pero tan pronto como dirige su mirada al mundo ideal que destella dentro de él y que comprende todo lo particular, ve dentro de sí la realidad absoluta, viva y resplandeciente.


El dualismo caracteriza al Ser primordial divino como aquello que penetra y vive en todos los hombres. El monismo encuentra esta vida común divina en la realidad misma. El contenido ideal de otro hombre es también el mío, y sólo lo considero distinto del mío mientras percibo, pero no así cuando pienso. El hombre abarca con su pensar solamente una parte de la totalidad del mundo ideal, y en ese sentido se diferencian también los individuos por el contenido efectivo de su pensar. Pero estos contenidos están dentro de un todo contenido en sí mismo que abarca los contenidos del pensamiento de todos los hombres. De esta manera el hombre aprende con su pensar al ser primordial común que penetra a todos los hombres.

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