EL DISEÑO EXPERIMENTAL DE REPLICACIÓN INTRASUJETO

Introducción




La replicación intrasujeto (N=1) también se llama diseño operante, diseño de caso único, diseño intensivo, diseño temporal o análisis experimental de la conducta (AEC). Donde más se usa es en el condicionamiento operante y, más en concreto, en la modificación de la conducta con los trastornos clínicos. La investigación se realiza con un solo sujeto.



Variable intrínseca o variable impuesta



La conducta es función de múltiples factores y las fuentes de variabilidad aumentan conforme se asciende en la escala filogenético. Por ello, podemos encontrar variabilidad:



Variabilidad intrínseca: Los defensores insisten en ella y para controlarla han creado instrumentos como los diseños estadísticos con alto grado de confianza, capaces de explicar las relaciones funcionales entre VI y VD. Con esta metodología es difícil ahondar en la investigación de problemas individuales porque no toda la variabilidad del comportamiento es intrínseca, sino que la mayor parte de la variabilidad es una función de la interacción del organismo con las variables ambientales.



Variabilidad impuesta: Es la objeto de las operaciones de control experimental.



A partir de aquí se impone el estudio del organismo individual. Si se obtiene éxito, los factores que producen la variabilidad se pueden eliminar y lleva a cabo una prueba más limpia de los efectos de la variabilidad conductual, pues la eliminación de toda la variabilidad posible, permite estimar cuanta variabilidad es realmente intrínseca. El resto de la metodología AEC es más fuerte: sustituyen la estadística por la replicación.



Procedimientos generales en la investigación del “Caso Único” (AEC)



Para los analistas AEC, la investigación no obedece a ningunos pasos, pero si que hay:



Pasos previos: El primer paso es programar totalmente el trabajo con serenidad y minuciosidad, haciendo una descripción exhaustiva del sujeto, forma/tiempo/etc de las series repetidas de medida, manera de establecer la “línea de base”, programa de refuerzos que se va a emplear para generar la “línea de base”, decidir las VD y VI, y especificación de las técnicas de control más apropiadas. El segundo paso es el estudiar los estados de conducta, que pueden ser estables o de transición, con dos métodos:



El descriptivo (observacional): Se reduce al máximo la intervención del investigador, ya que se limita a observar, centrando su atención en los instrumentos de registro y la actuación de los sujetos. El objetivo es estudiar la conducta en función del tiempo durante largos periodos de tiempo. Serían estudios de campo o diseños clínicos.



El manipulativo: Se introduce una VI en la situación experimental para descubrir el grado de influencia que tiene sobre la conducta. Antes, se habrá establecido una “línea de base” (parecido al grupo control) a partir de la que podrán observarse las variaciones.



Procedimientos: Los procedimientos a seguir en el AEC son:



Las mediciones repetidas: De la VD, está en la base e la búsqueda de las fuentes de variabilidad. Se usa porque en la terapia pueden intervenir factores nuevos que trastornan la conducta e impiden conseguir los objetivos. Ésta exige tener bien definidas, operacionalmente, las conductas/operaciones objeto de medida, éstas deben ser observables, públicas y replicables, las que lleven largos periodos de tiempo deben hacerse bajo condiciones muy controladas y estandarizadas (mecanismos, personal, horas, instrucciones a sujetos, condiciones ambientales…), y hay que prestar mucha atención la frecuencia de las mediciones obtenidas por unidad de tiempo, para asegurar un número suficiente de mediciones que garanticen una muestra representativa de la conducta.



Elección de una “línea de base” o “fase A”: La línea de base es la medición repetida de la frecuencia de ocurrencia natural de las conductas objeto de estudio (probabilidad de ocurrencia de una respuesta por unidad de tiempo). L propósito de ésta consiste en tener un estándar a partir del que se pueda evaluar la efectividad de una VI. Una vez establecida y tras esperar a que el sujeto presente una tasa de respuesta estable y constante, cualquier alteración de la misma reflejará la introducción de un tratamiento experimental y la regresión de la tasa de respuesta anterior indicará la retirada del tratamiento. Las características que deben reunir por todas las “líneas de base” son:



Estabilidad y rango de variabilidad: Solo así se podrá evaluar su manipulación de las condiciones independientes. Logrado esto podrá introducirse y retirarse el tratamiento. Si la línea de base es reversible a través de una sesión experimental, podrá introducirse varias veces el tratamiento. En caso de que se produzcan variaciones inesperadas, como variabilidad y línea de base son incompatibles, su uso es nulo.



Sensibilidad: La línea de base ideal sería la que apenas tuviera influencia de otras variables, lo que puede lograrse probando y cambiando varios programas de refuerzo.



Control interno: O eliminación de procesos conductuales no deseados porque la presencia de procesos extraños puede reducir la sensibilidad de la línea de base y porque obstaculizan la evaluación de los datos empíricos.



Como la línea de base actúa a modo de grupo control, hay dos términos de esto:



Control experimental: Capacidad del experimentador para manipular la conducta.



Experimento de control: Técnicas que sirven para poner a prueba hasta que punto los cambios operados en la conducta son efectos de manipulaciones experimentales.



Visto esto, podemos decir que tanto el grupo control como la línea base sirven como niveles de comparación y permiten la evaluación del tratamiento experimental. A pesar de esto, el grupo control tiene como única función permitir la evaluación de los efectos de la VI, pero la línea de base, además de esto, tiene otras funciones diferentes, como:



La exclusividad: El grupo control tiene la función exclusiva de no recibir tratamiento para apreciar el efecto del tratamiento sobre la VD, pero la línea de base puede asumir tanto estados observacionales como manipulativos.



La metodología: En la aproximación tradicional es frecuente que los datos indiquen superficialmente cuales son las relaciones entre varias variables, pero en la aproximación del AEC las relaciones funcionales van al fondo, pudiéndose demostrar inequívocamente mediante el control experimental.



Los supuestos teóricos: En la metodología tradicional se parte de supuestos como la replicabilidad válida de los sujetos y que las diferencias de comportamiento entre los sujetos experimentales y de control se garantiza ante el tratamiento, para formar el grupo control, pero la metodología de la línea de base no parte de esos supuestos.



Sensibilidad de la VD al tratamiento: En la metodología tradicional para descubrir la relación de la VI sobre la VD hay que realizar estudios exploratorios previos, revisar la literatura y aun cuando sea palpable dicha relación, ésta no es evidente durante el curso experimental. En la metodología del AEC la relación entre la VI y la VD es evidente en el transcurso del experimento.



Control de la variabilidad: El grupo control no ofrece protección contra la variabilidad, pero la línea de base evita la variabilidad de muestreo de varias maneras: si la variabilidad está en las respuestas del sujeto, puede evitarse con la estabilidad de la línea de base (con muchas observaciones o controlando las variables que controlan la línea de base); si la fuente de variabilidad se da como resultado de diferentes parámetros de respuesta de distintos organismos, se controla por replicación.



Susceptibilidad del análisis estadístico: Las metodología tradicional y la estadística son inseparables, pero la AEC no depende de la estadística, sino de análisis propios.



Múltiples reversiones: En la línea de base se usa al sujeto como su propio control, lo que hace posibles múltiples reversiones. Con grupos control, no se puede hace esto.



Cambio de una sola variable cada vez: En el AEC solo se debe cambiar una sola variable cuando se pasa de una fase a otra.



Inversión y retirada: La inversión es una estrategia que consiste en que, una vez establecida la línea de base e introduciendo un tratamiento, se procede a la retirada del mismo, cuando ya se ha demostrado con éxito el cambio conductual. Si realmente está bien, retirado éste, la conducta volverá a su estado anterior. La retirada es lo mismo pero es la forma más exacta de definir la operación técnica, mientras que inversión se usa para casos en los que queremos experimentar los efectos de un tratamiento sobre dos conductas objetivo. El momento de la retirada viene determinado por varios fases:



Limitaciones de tiempo: Impuesta por el marco del tratamiento.



Nivel de colaboración del personal: Cuando se trabaja en instituciones (colegios, p.e), es el personal de allí quien tiene que controlar las contingencias ambientales.



Consideraciones éticas: Puede asar que la retirada del tratamiento conduzca al sujeto a un deterioro irreversible en relación a la conducta objetivo (clínica).



Resistencia por parte del personal: Si un clínico diseña un tratamiento y anima a los colaboradores a ponerlo en práctica con éxito y se les pide que apliquen la retirada, puede encontrarse que los padres, maestros, etc se rebelen y no lo cumplan. En estos casos hay que usar la línea de base múltiple o diseños de tratamientos alternativos.



Por ello, al hacer la retirada hay que contar con la cooperación de todo el personal, procurar que las interrupciones ambientales sean mínimas, que el periodo de retirada sea breve y que el restablecimiento para llegar a la conclusión se haga rápido.



Longitud de las fases: Hay varias clases de longitudes en las fases:



Longitud individual: Todas las fases deben tener la misma longitud.



Longitud relativa: Las condiciones de la línea de base y experimental deben prolongarse hasta que sea aparente alguna semblanza de estabilidad.



Efectos acumulativos o de solapamiento: Aparecen tras la línea de base (2ª fase) y cuando ocurre impiden que al experimentador recuperar los niveles de la primera fase. También se puede dar en los cambios de fase y su salida es hacer estudios prolongados o, en investigación conductual, breves para contrarrestar las dificultades.



Variaciones clínicas: Se manifiestan en figuras/gráficos de diente de sierra. Las implicaciones de las variaciones clínicas en el AEC son, por ejemplo, la menstruación, que lleva una serie de trastornos y sensibilidades. En estos casos se usan las fases prolongadas de medición o las réplicas directas y sistemáticas.



Validez, fiabilidad y generalización de hallazgos en el AEC



Las principales investigaciones en las que es justificable el uso de AEC y su generalización es en las investigaciones fisiológicas, cuando nos encontramos con un caso excepcional, en el establecimiento de un nuevo enfoque en el estudio de un problema, en estudios de casos negativos (que no se cumple una regla general de una teoría, pudiendo aplicar nosotros otra para derrumbar la anterior) y cuando pretendemos seguir a un sujeto por evaluación subjetiva de los efectos de algún tratamiento clínico. La generalización se refiere al proceso gracias al que cambios conductuales que se producen en un marco concreto de tratamiento pueden generalizarse a otros aspectos diferentes de la vida del paciente. Hay tres tipos de generalización:



Generalización de hallazgos a través de sujetos: Es saber si un tratamiento que da cambios en un sujeto puede afectar a otro sujeto. Si es así, habrá amplia generalización.



Generalización a través de los agentes del cambio conductual: Es ver si una técnica terapéutica que es eficaz por un agente del cambio conductual, es igual de efectiva cuando se aplica en un caso parecido pero con diferentes agentes conductuales.



Generalización a través de diversos marcos o entornos: Es ver si un tratamiento, dado por el mismo terapeuta a los sujetos, dará efecto tanto en un marco como en otro.



El método más apropiado para conferir generalización y fiabilidad al AEC es la replicación. Hay tres tipos de replicación:



Replicación directa (RD): Consiste en repetir el experimento por parte de un mismo investigador. Para ello hay dos procedimientos: la replicación intersujeto, que es repetir el experimento usando nuevos sujetos para asegurar la generalización del dato obtenido (tres replicaciones para cuatro sujetos); y la replicación directa intrasujeto, que es la aplicación sucesiva de los tratamientos al mismo sujeto para aumentar la fiabilidad de los datos.



Replicación sistemática (RS): Una vez hecho el primer experimento, si este tiene éxito, en vez de repetir el experimento para dar fiabilidad se puede usar esta replicación, usando los datos de la RD para realizar experimentos nuevos y obtener datos adicionales. Si la RS fracasa, hay que volver a hacer el experimento original, porque no se sabe si es porque estaba mal hecho el primero o por la introducción de nuevas variables. Si la RS tiene éxito, la fiabilidad del experimento original aumenta y la generalización a otros sujetos y procedimientos es mayor. Así, la RS es cualquier intento de replicar los resultados de una serie de RD, bajo diferentes contextos, agentes del cambio conductual, trastornos de conducta o bajo cualquier combinación de esos factores. El procedimiento o las pautas a seguir para la RS son:



Se empieza la RS con una RD, siempre que ésta y tres replicaciones sean positivas.



Señalar con caridad las diferencias que se dan entre pacientes, terapeutas y contextos respecto a experimento original porque una o más variables son distintas de las del RD.



El objetivo de la RS es la búsqueda de excepciones (mayor generalización), ya que esto es definir las condiciones bajo las cuales una técnica tendrá éxito o fracasará: cualquier táctica experimental que entorpezca la identificación y registro de excepciones tiene menor valor que un diseño que pone de relieve los fracasos.



Una serie de RS no acaba nunca porque siempre se intentarán encontrar excepciones nuevas, por lo que el conocimiento es acumulativo.



Replicación clínica (RC): En investigación aplicada, muchos pacientes se nos presentan con una suma de problemas que, si se asocian, ese conjunto se etiqueta y la etiqueta se convierte en una categoría diagnóstica. El objetivo aquí es intentar todos los problemas mediante un Tratamiento Paquete, para lo que hay que probar antes los tratamientos para cada uno de los problemas, combinando así todos los tratamientos; esta es a estrategia de la construcción de técnicas. Tras esto, hay que establecer la generalización de resultados replicando este paquete de tratamientos con pacientes adicionales que tengan similar combinación de problemas (replicación clínica). Así, la RC es la administración de un conjunto de tratamientos que tienen dos o más procedimientos de tratamientos, aplicando esto a pacientes con combinaciones similares de trastornos.



Diseños experimentales del AEC



Diseños básicos de retirada “A-B-A”:



El diseño “A-B”: Es el diseño más básico en el que la conducta está claramente especificada y la medida repetida es tomada a través de las fases A y B: la fase A implica una serie de observaciones de la línea de base para ver la frecuencia natural de la conducta estudiada, y en la fase B se introduce la variable tratamiento y se toma nota de los cambios en la VD; después, se hace un periodo de seguimiento. Estos son diseños cuasiexperimentales y las conclusiones son provisionales, por tener V contaminantes.



El diseño “A-B-A”: Diseño de retirada: Es el más simple con retirada. Si tras las mediciones de la línea de base (A), la aplicación de un tratamiento (B) conduce a una mejora y su retirada (A) da un empeoramiento, es porque la variable tratamiento es la responsable de los cambios de la conducta. Tiene un problema en el marco clínico porque el paradigma termina en la fase A y no se da a los sujetos los beneficios del tratamiento. Pero es útil para de investigación cuando el factor tiempo o los aspectos clínicos de un caso interfieren con una correcta aplicación de una estrategia “A-B-A-B”.



El diseño “A-B-A-B”: De reversión por excelencia: Este termina con una fase de tratamiento (B) que después se puede extender más allá de las exigencias experimentales del estudio. Proporciona dos ocasiones (de B a A y de A a B) para demostrar los efectos positivos de la variable de tratamiento, lo que refuerza las conclusiones que pueden derivarse al controlar sus efectos sobre la conducta estudiada.



El diseño “B-A-B”: De retirada: La primera fase (B) es la aplicación de un tratamiento; en la segunda fase (A) el tratamiento se retira; y en la fase (B) se introduce de nuevo. Este es superior al diseño “A-B-A” porque se pone al final el tratamiento, pero como no tiene la ase de la línea de base, es imposible un análisis de los efectos del tratamiento sobre la frecuencia natural de ocurrencia de la conducta estudiada. La mejor: “A-B-A-B”.



El diseño “A-B-C-B”: Las dos primeras fases consisten en la línea de base (A) y reforzamiento contingente (B), en la tercera fase (C) se administra el reforzamiento en las mismas proporciones que en la fase (B) pero desde una base no-contingente, y en la fase final (B) se restablecen los procedimientos de reforzamiento contingente.



Extensión de los diseños “A-B-A”:



Diseños de replicación del modelo “A-B”: El diseño “A-B-A-B-A-B”: Es el diseño “A-B” replicado varias veces. Las ventajas es que se demuestra el control repetido de la variable tratamiento y que puede llevarse a cabo un estudio prolongado hasta que se ha conseguido todo el tratamiento clínico completo.



Diseños de comparación de diversas variables terapéuticas o de tratamientos: El diseño “A-B-A-C-A-C”-A”: Se comparan dos variables con la ejecución de la línea de base durante la experimentación, pudiéndose determinar el control individual de los efectos de las variables B y C y pudiendo evaluarse los efectos de B sobre A. En los diseños “A-B-A-B-BC-B-BC” los efectos de C añadidos a los de B pueden evaluarse experimentalmente. A pesar de ello, resulta problemático interpretar la eficacia de B y C.



Diseños que son variaciones paramétricas del diseño “A-B-A-B”-B”-B”””” de procedimientos terapéuticos básicos: En ciertos paradigmas operantes se puede atenuar el procedimiento de tratamiento; en otros paradigmas, diferentes cantidades del mismo pueden ser evaluadas experimentalmente o en progresión gradual (siguiendo “A-B-A-B”).



Diseños para probar la interacción de los efectos adicionales de dos o más variables: Diseño “A-B-A-C-A”: Se examina la interacción de los efectos adicionales de dos o más variables mediante variaciones en el diseño “A-B-A”. Se llega a esto, examinando los efectos, tanto de ambas variables solas como en combinación, de cara a determinar siempre la interacción. Son diseños complejos y requieren más de un sujeto.



Diseños de cambio de criterio y su variante, el diseño de tratamientos periódicos: La línea de base es seguida de un tratamiento hasta que se llega a un criterio preestablecido. Entonces, éste se convierte en la nueva línea de base (A) y se establece un nuevo criterio.

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