La psicología social comunitaria en América Latina.

Algunas consideraciones.

En América Latina son los psilogos y psilogas sociales quienes, haciéndose eco e los cuestionamientos a la psicología social en la década del setenta promueven un giro de la disciplina orientado hacia la aplicación del conocimiento en la solución de los problemas sociales. Este cuestionamiento moti a los profesionales del área a movilizarse, salir del aula e ir a los contextos en los que los problemas sociales se estaban manifestando, siendo las comunidades, particularmente marginales, una de las más representativas.

Las concepciones sobre la disciplina apuntan a su objetivo de estudio (grupos en situación de desventaja), un objetivo (promoción del cambio de las condiciones adversas), estrategias  (concientización,  aumento  del  poder  y  control  sobre  el  ambiente),  rol  del psilogo, (facilitador comprometido, colaborador reflexivo), entre otros. Una definición que engloba estas concepciones es la de Montero (1984) quien la define como:

... la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permitan desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejerces sobre su ambiente individual y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social (Montero, 1984, p. 390).

Desde sus inicios, son numerosas las experiencias llevadas a cabo en comunidades por los profesionales de la psicología social. Es notable, sin embargo, el énfasis aplicado en estas experiencias, que va en detrimento del desarrollo teórico de la disciplina. En efecto, el papel de psilogos y psilogas comunitarios se convierte en el de facilitadores, cuyos conocimientos  y  grado  de  compromiso  con  la  comunidad  contribuyen  a  que  ésta  se organice y participe activamente en la solución de sus problemas a través de la toma de conciencia de su posición dentro de la sociedad y del cuestionamiento a la misma, apoyada en la metodología de la investigación-acción participativa. Pero cabe preguntarse: ¿Cuáles son  los  fundamentos  teóricos  que  orientan  estas  experiencias?  ¿Pertenecen  éstos  a  un mismo paradigma? ¿ a cuáles?.


La revisión  y análisis  de arculostesis y trabajos de  investigación  en  el área
realizados en algunos países de América Latina (Brasil, Colombia, Chile, México, Puerto Rico, Venezuela), revelan el empleo de diferentes paradigmas aún dentro de un mismo proyecto (Sánchez y Wiesenfeld, 1991).

A continuación presentamos las orientaciones teóricas en las que se basan dichos trabajos y sus posibilidades de integración en un  modelo coherente que permita aborda de manera sistemática el trabajo en comunidades y avanzar en el desarrollo teórico de la disciplina.

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