Aportes del psicoanálisis a la psicología evolutiva


Los principales aportes que hace la teoría psicoanalítica a la psicología evolutiva son los conceptos de Inconsciente y Sexualidad.
Inconsciente
Es una noción tópica y dinámica deducida de la experiencia de la cura. Esta ha mostrado que el psiquismo no era reducible a lo consciente y que ciertos contenidos solo se vuelven accesibles a la consciencia una vez que se han superado las resistencias. La cura ha revelado que la vida psíquica  está saturada de pensamientos eficientes aunque inconscientes Y que estos emanan los síntomas. Ha conducido a admitir la existencia del inconsciente como un lugar psíquico particular que es preciso representarse, no como una segunda conciencia sino como un sistema que tiene contenidos, mecanismos y posiblemente una energía especifica.

• EI inconsciente como una noción tópica
Tópico significa "teoría de los lugares". Supone una diferenciación del aparato psíquico en los lugares a los que es posible dar una representación espacial figurada.
Se habla de dos tópicas freudianas:
 Primera tópica
• Inconsciente
• Preconciente
• Consiente
 Segunda tópica
• Ello
• Yo
• Superyó

• EI inconsciente como definición
Distingue varias acepciones del concepto de inconsciente:
1. Descriptivo: un adjetivo que designa los contenidos que no están presentes en el campo de la conciencia. Es equivalente a 10 latente.
2. Dinámico: aquellas ideas que permanecen apartadas de la conciencia a pesar de su
Intensidad y actividad. Aquí distingue ideas preconcientes e inconscientes. Se vale de la interpretación de los sueños, enlaza lo inconsciente a lo reprimido. EI inconsciente ejerce una acción permanente que obliga a que una fuerza contraria, asimismo permanente, Ie impida el acceso a la conciencia.
3. Sistema: no es una cualidad, sino un sistema de actividad psíquica caracterizado por el hecho de ser inconscientes todos y cada uno de los procesos que lo constituye. Las características de este son las leyes de su funcionamiento: condensación y desplazamiento.

Sexualidad
Las características fundamentales de la sexualidad humana son:
1. No obedece exclusivamente al fin de la reproducción, sino que atiende principal mente al orden de la procuración del placer.
2. No comienza en la pubertad sino prácticamente desde el nacimiento, abarcando toda la vida humana, salvo algunos periodos de aparente remisión.
3. No tiene un objeto predeterminado (persona a la que se dirige la exigencia sexual).
4. las pulsiones (tendencia que tienen su origen en un estado de tensión o excitación corporal) son parciales (cada cual busca por su lado la satisfacción) e indomesticables, lo que implica que no hay una evolución segura hacia una sexualidad adulta heterosexual normal. Lo que distingue a las pulsiones unas de otras es su relación con sus fuentes somáticas y sus metas. Fuente de la pulsión: proceso excitador en el interior de un órgano. Meta inmediata: consiste en cancelar ese estimulo del órgano. Libido: es la fuerza con la que se exterioriza la pulsión. Zonas erógenas: partes del cuerpo en la que es alcanzado el plus de placer sexual.
5. Es autoerótica: es decir que se satisfacen en el propio cuerpo.
6. La sexualidad abarca no solo la satisfacción de la sexualidad como el coito o la masturbación, sino también la sublimación que es otra modalidad de su expresión, bajo formas "socializadas", culturalizadas.

Evolución de la sexualidad en etapas o periodos

En la conformación de la vida sexual del niño hay una suerte de organización laxa Hamada pregenital. Luego adviene un periodo de latencia (amnesia). La energía de las mociones sexuales infantiles es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines. Y el periodo genital (con el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios) donde se da el primado de los genitales y el fin es la reproducción.

1. Periodo pregenital
• Fase oral
Las primeras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante apuntaladas en funciones sexuales importantes para la Vida: Si principal interés está dirigido a la recepción del alimento. Pero también observamos que el lactante quiere repetir la acción de recepción del alimento sin pedir que se Ie vuelva a dar este, por lo tanto, no está bajo la impulsión del hambre. Decimos que chupetea y esta nueva acción nos muestra, que en sí y por si, ella Ie ha dado satisfacción. Pronto adoptara el hábito de no adormecerse sin haber chupeteado. EI chupeteo sirve a una ganancia de placer. Primero vivencia ese placer a raíz de la reopción del alimento, pero pronto aprende a separarlo de esa condición.
En esta fase, la ganancia de placer está dada por la excitación de la zona de la boca y de los labios, a la que nos podemos referir como zona erógena.
EI mamar del pecho materno pasa a ser el punto de partida de toda la vida sexual, el modelo inalcanzado de toda satisfacción sexual posterior. EI pecho materno constituye así, el primer objeto de la pulsión sexual.
• Fase anal
EI lactante tiene sensaciones placenteras cuando vacía su vejiga y sus intestinos, y después organiza estas acciones de tal manera que lo procuren la máxima ganancia de placer posible mediante las correspondientes excitaciones de las zonas erógenas de la mucosa.
En este punto el mundo exterior se Ie enfrenta por primera vez como un poder inhibidor hostil a sus aspiraciones de placer. No debe expeler sus excrementos cuando Ie de gana, sino cuando otras personas lo determinen. Para moverlo a renunciar a estas fuentes de placer, se Ie declara que todo lo que atañe, a esas funciones es indecente y está destinado a mantenerse en secreto. En este momento, por primera vez, debe intercambiar placer por dignidad social. No siente asco ninguno frente a su caca, la aprecia como una parte de su cuerpo de la que no resulta fácil separarse y la usa como un primer regalo para distinguir a personas a quienes aprecia particularmente.



• Fase fálica
La investigación sexual infantil empieza muy temprano, a menudo antes del tercer año de la vida. No arranca de la diferencia de sexos, que nada significan para el niño, pues al menos el varón atribuye a ambos idénticos genitales: los masculinos. Si después el varón descubre la vagina en su hermanita o compañera de juegos, primero intentara desmentirlo, pues no puedo concebir un ser semejante a él que carezca de esa parte que tanto aprecia. Cree que solo personas despreciables del sexo femenino, probablemente culpables de las mismas mociones prohibidas en el que el mismo incurrió, habían perdido sus genitales. Siente temor de perderlo el también y sobre el ejercen su efecto las amenazas que pudo haber recibido antes por preocuparse con demasiada intensidad de su pequeño miembro. Cae así, bajo el imperio del complejo de castración.
De la niña sabemos que a causa de la falta de un gran pene visible se considera gravemente perjudicada, envidia al varón tal pertenencia y por ese motivo esencialmente desarrolla el deseo de ser hombre. 

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