EL INFORME PSICODIAGNÓSTICO


El informe será claro y útil para el destinatario. Consiste en un resumen de las conclusiones diagnósticas y pronósticas del caso estudiado e incluye muchas veces las recomendaciones terapéuticas adecuadas al mismo.
Si en una interconsulta solicitan los resultados del estudio, lo que debemos consignar es el informe psicodiagnóstico y no una copia de los tests.
El informe, en cambio, debe ser comprensible para todos (a menos que esté destinado a un colega y se utilice lenguaje técnico)
Lo importante es la opinión del especialista a modo de conclusión diagnóstica, para saber cual es el camino a seguir en el proceso que se está estudiando.

Distintos tipos de informe

En un sentido más estricto hablamos de hacer un informe cuando alguien lo ha solicitado por escrito:

A un colega:
Es el informe que se redacta con lenguaje técnico, con referencia concreta al material de test del cual extraemos tal o cual conclusión y con una descripción minuciosa de las estructuras básicas de personalidad, de sus ansiedades más primitivas, de sus defensas más regresivas y más maduras. El diagnóstico y el pronóstico se expresarán en términos comunes a la psicopatología y la psicoterapia de uso corriente en nuestro medio profesional.

A un maestro:
En este caso el informe es breve, se refiere exclusivamente a lo que él maestro necesita saber, se expresa en lenguaje de uso cotidiano y se toman recaudos para que no trasciendan intimidades del caso que no hacen al campo pedagógico.

A un abogado:
En estos casos es cuando más cuidado debemos tener con los términos que utilizamos y la información que brindamos.
El informe a un abogado debe ser expresado en términos inequívocos y con aseveraciones que no dejen margen para ser utilizadas según convenga a la causa. Una vez formulada nuestra conclusión con respecto a la duda por la cual se ha pedido el estudio, es conveniente justificar tal conclusión apoyándonos en algunos puntos del material pero siempre expresado en términos claros y de uso corriente en el ámbito forense.

Al empresario en él ámbito laboral
En estos casos trabajamos con la desconfianza y las resistencias del sujeto que aspira a conseguir un trabajo y que acude al psicodiagnóstico porque lo obligan.
En el informe laboral partiremos de la base de las cualidades que deben presentar los aspirantes a una labor debidamente descripta y definida por quien solicita el estudio. Por lo tanto el informe responderá si los rasgos de personalidad requeridos para la función se hallan presentes en grado excelente, adecuado, aceptable o ausentes, todo aquello acompañado de una exhaustiva fundamentación en términos siempre de funciones de la personalidad sin mezclar esto en absoluto con elementos inconscientes y muy privados que no tienen por qué trascender en un informe que puede ser leído hasta por un empleado administrativo. Hay que decir lo necesario y de tal manera que siempre pueda interpretarse con objetividad y no pueda ser utilizado perjudicialmente para el sujeto en cuestión.

Al pediatra, al neurólogo, fonoaudiólogo
A estos profesionales les interesa generalmente recibir información acerca de la presencia o no de trastornos emocionales que explique cierta sintomatología cuya etiología no puede ser deslindada en la parte orgánica. Por lo tanto nuestro informe se referirá simplemente a que sí o no se registran trastornos emocionales, su gravedad y la conveniencia de un tratamiento psicológico al sujeto, a la familia.

A los padres:
Es muy poco frecuente que suceda pero puede darse el caso de que los padres soliciten “algo por escrito”. Se entrega un informe en lenguaje sencillo resumiendo todo lo hablado de manera tal que pueda ser leído también por el propio sujeto a quien hemos hecho el estudio.
A veces los padres solicitan en la entrevista de devolución el informe escrito por temor a que la ansiedad les impida retener lo que decimos y entender correctamente.

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