DUALISMO
Implica una diferencia básica entre la mente y el cuerpo por lo tanto se debía explicar su relación. Se dividía al ser humano en dos componentes [cuerpo - mente], pues se decía que las partes observables del ser humano son mortales, es necesario algún componente inobservable para poder sostener de una manera lógica la inmortalidad del hombre.
Se complementan y se contraponen las dos sustancias [Mente – cuerpo], sin embargo hay un equilibrio.
Características:
Unidad entre procesos biológicos y procesos intelectuales.
Alma como forma del cuerpo.
Platón, Santo Tomas de Aquino(Dualistas).
Principales corrientes y representantes:
Interaccionismo cartesiano: (Descartes, 1641). Postula dos procesos separados e interactuantes.
Paralelismo psicofísico (Spinoza, 1665). Postula dos procesos separados, independientes pero perfectamente relacionados.
Ocasionalismo (Malebrancine, 1675). Postula dos procesos separados e independientes, correlacionados mediante la intervención de Dios.
Hombre para Platón: El alma del hombre es la razón y voluntad dirigida al bien, quien mantiene el equilibrio para alcanzar la armonía.
El hombre se distingue de los demás animales por el hecho de tener un alma racional. En el hombre el principio que le gobierna en la vida es la razón que le permite no sólo vivir sino entender y ascender al mundo de la ideas.
Claro que el hombre es un ser perecedero (cuerpo), tendrá que morir y con ello las facultades negativas de los sentidos y de las pasiones, afirmando la inmortalidad del alma como:
Si el alma es capaz de entender las ideas eternas, algo ha de tener en sí de eterno.El alma es una y simple. Por la participación en la eternidad como por la unidad y la simplicidad que le son intrínsecas. El alma es una idea descendida del mundo suprasensible, mientras el cuerpo pertenece a la naturaleza degradad.
El cuerpo es soma: cuerpo, pero a demás es sema: sepulcro del alma. Para Platón el cuerpo es la realidad aparente, accidental y lo importante es el alma.
Inicio del Dualismo
Es una doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos increados, coeternos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, por cuya acción se explica el origen y evolución del mundo. A comienzos del siglo XVII, , la nueva filosofía de Descartes quiere sentar las bases de un pensamiento racional autónomo de las ideas religiosas, capaz por sí solo de descubrir certezas.
RENE DESCARTES (1596 -1650)
Matemático, filósofo y fisiólogo francés, le debemos la primera explicación sistemática de las relaciones entre la mente y el cuerpo.
Descartes es considerado el padre de la “Filosofía Moderna”y también como el fundador del “Idealismo Moderno”. Tuvo influencia en la tendencia o tradición llamada “Cartesianismo”.
La filosofía de Descartes no puede reducirse a una metodología, ya que su filosofía es un conjunto muy complejo de diversos elementos:
Método
Metafísica
Antropología fisiológica
Desarrollos científicos (matemáticos)
Preocupaciones religiosas y teológicas
Dentro de la tradición cartesiana el filósofo Descartes estableció que era un camino para la invención y el descubriendo de la lógica y sus principios ya establecidos y ese camino debía estar abierto a todos los que participaban igualmente de la razón y del buen sentido.
El método cartesiano esta representado por las matemáticas en donde el análisis representa la principal característica de este método. Existen diversas condiciones para dicho método:
“No admitir como verdadero cosa alguna que no se sepa con evidencia que lo es”
Es dividir cada dificultad en cuantas partes sea posible y en cuantas requiera su mejor solución
En conducir ordenadamente los pensamientos
Hacer en todos unos recuentos tan integrales y revisiones tan generales que se llegue a estar seguro de no omitir nada.
Estas cuatro reglas resumen todos los caracteres esenciales del método.
El conocimiento de Descartes se efectúa por una intuición directa del espíritu; su verdad es, al propio tiempo, su inmediata evidencia. De ahí la necesidad de descomponer toda cuestión en sus elementos últimos y más sencillos, y en reconstruirla para la prueba de los mismos. Toda verdad se compone de evidencias originarias, simples, irreductibles o de nociones relacionadas con ellas.
Descartes busca una proposición apodíctica no simplemente una verdad fundamental, pues las verdades de fe poseen un carácter, sino una verdad que pueda ser creída por sí misma independiente de toda tradición y autoridad, de la cual se deduzca las restantes por medio de una serie de intuiciones en una cadena deductiva.
El espíritu posee, por el mero hecho de ser sujeto pensante una serie de principios evidentes por sí mismos, ideas natas con las cuales opera el conocimiento el cual reduce a ellas mediante relación y comparación, cuantas otras nociones surjan de la percepción y de la representación.
Con el afán de dar una claridad y evidencia surge el proceso de la duda metódica, que son cuantas objeciones pudieran oponerse a semejante fundamentación de elementos intuitivos. Esta duda se define como el pensamiento fundamental en el hecho primario de que al dudar se piensa. Este núcleo irreducible de dudar se sostiene “Yo pienso luego existo, Yo soy”, por lo tanto una cosa pensante es algo que permanece irreductible tras el absoluto dudar.
La filosofía de Descartes no queda detenida en el paso de la prueba de la existencia del Yo como Yo pensante a la prueba de Dios como ser infinito capaz de garantizar al Yo pensante las verdades y en particular las verdades eternas. El Yo se aprende así mismo como naturaleza pensante, y aprende a Dios como alguien que concurre para formar los actos de la voluntad, pero Descartes estima que deben considerarse cosas externas.
Estas consideraciones se hacen de la idea clara y distinta de lo externo, considerando a otras sustancias corporales en cuanto a sustancia extensa. La distinción entre sustancia pensante y sustancia extensa es absolutamente clara, porque cada una se define por la exclusión de la otra: Lo pensante no es externo, lo extenso lo piensa.
Así se forman dos sustancias separadas y claramente definidas, en tanto que podamos decir que son propiamente sustancias ya que en alguna medida, sólo Dios es sustancia. La consecuencia de ello es un Dualismo.
Descartes supone la disolución del planteamiento antiguo del problema como problema de la relación entre el alma y el cuerpo en un Cosmos teleológico, y la emergencia de un nuevo planteamiento del problema como problema de la relación entre la mente y el cuerpo en un Cosmos mecanicista.
La Sustancia y su Comunicación
Descartes sostiene que existen tres tipos de sustancias:
La sustancia infinita que es Dios
Pero en este mundo existen dos clases:
La sustancia de materia
La sustancia del espíritu
La materia se define como res - extensa (sustancia, extensa)
El espíritu se define como res - cogitans (sustancia pensante)
A partir de esta tesis surge el clásico problema: “Si esas sustancias son tan diferentes ¿Cómo es posible la unificación y comunicación entre ellas?”
Descartes trata de resolver el problema de la comunicación de alma y cuerpo diciendo que la glándula pineal, colocada en el centro del cerebro y siendo el único órgano que no está duplicado bilateralmente, sirviendo como puente o intermediario entre lo espiritual y la materia creyendo que era exclusivo en cada hombre.
Descartes describe dos sustancias: EXTENSIÓN (Cuerpo que es un mecanismo que puede ejecutar muchas acciones sobre sí mismo sin la intervención del alma) y PENSAMIENTO (Mente o Alma que es pura sustancia pensante que puede, pero no siempre regular el cuerpo), esencialmente el mundo está hecho de las dos sustancias que no pueden variar, de ahí que para Descartes el soporte real, la sustancia de todas las cosas físicas sea el espacio que llama extensión.
Aún en este caso habría “algo” que no desaparece: el lugar, espacio general que antes ocupaban los seres corporales. El espacio es algo “en sí”, algo que no necesita de nada más para ser y que a su vez es la condición de todo ser corpóreo.
El espacio, sin embargo, no explica a todos los seres del mundo, existen seres que no son espaciales, sino espirituales. Los pensamientos que tiene una persona cambian, varían y pueden ser más o menos agudos, permanentes y matizados por la emoción.
Pero si los pensamientos varían hay una cosa que no varía y sin la cual no existirían los pensamientos y es el “espíritu”, el cual Descartes llama pensamiento. De la misma manera que el espacio es el “lugar” y la “condición” de los seres materiales, el espíritu es el “centro” y la “condición” de posibilidad de los seres espirituales.
Por una parte el mundo creado y hecho por Dios y por otra el pensamiento de Dios que era el mundo físico y espiritual de los hombres.
La realidad toda está hecha de dos sustancias: Espacio - Pensamiento; estás dos sustancias aparecen claramente en el hombre y son el “Cuerpo” y “Alma”.
El cuerpo pertenece a la sustancia espacial y las almas a la sustancia espiritual.
Descartes quería asentar que el alma humana no depende del cuerpo y que si es una sustancia independiente e inmortal. Al cuerpo mortal y merecedor Descartes quiso oponer el alma inmortal e imperecedera. Al fijar su atención en el problema de la verdad y del conocimiento indudable, Descarte elaboró una epistemología en la cuestión de las relaciones entre la mente y el mundo constituyendo el punto de partida de la teoría de las sustancias siendo la conclusión de la Filosofía Cartesiana.
La epistemología en la cuestión de las relaciones entre la mente y el mundo fue localizar el punto de contacto entre el alma y el cuerpo en la glándula pineal, Descartes había planteado la cuestión de la relaciones de la mente con el cerebro y el sistema nervioso. Pero al mismo tiempo, al trazar una radical distinción ontológica entre el cuerpo como extensión y a la mente como puro pensamiento
Pero lo anterior condujo a una paradoja: por una parte Descartes decía que por definición el alma y el cuerpo son entes totalmente aparte, y por otra veía por experiencia que existe una relación constante entre el alma y el cuerpo, que las emociones, las sensaciones, imaginaciones serían inexplicables sin la comunicación entre el cuerpo y el alma.
Descartes definía al cuerpo como un mecanismo basado en el sistema nervioso y hecho de acciones y reacciones similares a los que más tarde la Psicología llamara reflejos condicionados.
Descartes describe el mecanismo de la reacción automática en respuesta a los estímulos externos, y de acuerdo con su propuesta los movimientos externos afectan las terminaciones periféricas de las fibrillas nerviosas, que a su vez, desplazan las terminaciones centrales. Cuando las terminaciones centrales son desplazadas, el modelo de espacio interfibrilar es dispuesto de otro modo y el flujo de los espíritus animales es así dirigido hacia los nervios apropiados. Fue la explicación de Descartes de este mecanismo por medio de una reacción automática y diferenciada lo que le condujo a ser generalmente considerado como el fundador de la
Teoría del reflejo.
Dentro de la concepción de Descartes el alma racional, una entidad distinta al cuerpo y puesta en contacto con el mismo por la glándula pineal, puede o no puede darse cuenta de las emanaciones diferenciales que los espíritus animales traían a su alrededor a través de la reordenación de los espacios interfibrilares.
Cuando tales percepciones ocurren el resultado es la sensación consciente del que el cuerpo afecta a la mente. A su vez, en una acción voluntaria, el alma puede por sí misma iniciar una emanación diferencial de espíritus animales. La mente, en otras palabras, puede también afectar al cuerpo.
Los filósofos racionalistas trataron de resolver el problema que presentaba el dualismo mente-cuerpo, manteniendo la noción de sustancia de Descartes: los fenómenos físicos y los fenómenos mentales son totalmente diferentes, pero ni los procesos psíquicos causan los físicos ni viceversa, aunque hay una correspondencia estricta entre unos y otros. Los principales intentos de solución a este problema fueron los siguientes:
1) El ocasionalismo de Malebranche:
Cada vez que se produce un movimiento en el alma, Dios interviene para producir el correspondiente movimiento en el cuerpo, y viceversa.
2) El monismo de Spinoza:
Extensión y pensamiento no son propiamente sustancias sino dos de los atributos de una única sustancia infinita: Dios o Naturaleza. Las ideas y las cosas serían modos de esa sustancia y se corresponderían estrictamente como las dos caras de una misma realidad.
3) La armonía preestablecida de Leibniz:
En el momento de la creación, Dios ha establecido una perfecta armonía entre las dos sustancias, como si se tratara de dos relojes perfectamente sincronizados que dan la misma hora.
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1 comentarios:
ME ENCANTO, ESTA MUY CLARO, GRACIAS, FUERON DE GRAN AYUDA :D
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