RAZÓN Y REACCIÓN: El siglo de las luces, el siglo XVIII
El proyecto del siglo de las luces.
Se conoce el siglo XVIII como la edad de la Razón o el siglo de las luces. El proyecto de estos pensadores continuó, amplió y profundizó la tarea que había sido iniciada por Descartes y Locke: el replanteamiento de las viejas preguntas a la luz de la ciencia newtoniana. Descartes y Locke habían demostrado que la filosofía y la ciencia dependían de las actividades de la mente humana; los philosophes llevaron el estudio de la naturaleza humana en direcciones que Descartes y Locke tan sólo habían llegado a sugerir, iniciando nuevas áreas de estudio relacionadas con la misma como la ética y la política. El proyecto del siglo de las Luces cambió de forma profunda y total la civilización occidental. La mayoría creían que Dios había creado un mundo bueno, incluso perfecto, en el que todas laas cosas estaban cuidadosamente dispuestas para contribuir a la felicidad humana. Sin embargo, tras haber creado un mundo perfecto para las criaturas superiores, los seres humanos, Dios no tuvo más necesidad de intervenir en los asuntos de los hombres. La religión organizada se dejó de lado como una superstición que vendían los clérigos en su propio beneficio.
Desafortunadamente hacer borron y cuenta nueva con las antiguas creencias para proponer ideas nuevas es una empresa llena de peligros y, quizá por ello, el siglo de las Luces atravesó dos profundas crisis. Comenzó a hacerse evidente que el conocimiento humano estaba como mínimo, enormemente limitado y que, quizá ni siquiera existía. Ésta es la crisis escéptica. La segunda de las crisis fue de carácter moral y se desencadenó ante los esfuerzos por situar la moralidad sobre una base científica, de la misma forma que lo estaban los objetos del mundo físico.
La crisis escéptica.
Tras la estela dejada por Newton surgieron filósofos de orientación psicológica que se dedicaron a analizar la mente y la naturaleza humanas a la luz de la razón newtoniana, para concluir que la opinión humana era susceptible de error y que podía ser puesta en duda incluso la propia existencia del mundo físico. Estas fueron las conclusiones a las que llegaron los filósofos británicos George Berkeley y David Hume. No debe sorprendernos que se le opusieran frontalmente algunos otros filósofos reacios a renunciar a la posibilidad de garantizar el conocimiento humano. Frente al escepticismo de Hume, los filósofos escoceses seguidores de Thomas Reid reafirmaron su creencia en el sentido común para abordar el conocimiento humano y en la fe religiosa para acercarse a dios, quien había creado al hombre y a la mujer de tal manera que pudieran llegar a conocer el mundo divino. En Alemania Immanuel Kant reaccionó ante el escepticismo de Hume adhiriéndose a la antigua afirmación según la cual la metafísica era el verdadero fundamente de la ciencia.
¿Existe un mundo?. Bishop George Berkeley (1685-1753).
Berkeley dio un paso arriesgado al afirmar que las ideas no eran en ningún caso copias. La realidad vendría determinada por las ideas y no por los objetos del mundo. Berkeley creyó que el desafío de los escépticos provenía de otra asunción común: la creencia en que la materia, las cosas existen independientemente de nuestras percepciones. Por ejemplo, mientras escribo esto se que mi ordenador existe porque lo ve y lo siento, peroo cuando abandono la habitación, ¿qué base puedo tener para decir que el ordenador existe?, todo lo que puedo decir es que si regresara a la habitación lo vería o que si alguien más lo mirara lo vería. En el fondo, se que mi ordenador existe porque lo veo. De forma todavía más extrema, Berkeley afirmaría que el ordenador solamente existe cuando es percibido. El lema más conocido de berkeley es “esse est percipi” ( existir es ser percibido ). De esta forma Berkeley refutó el escepticismo con una afirmación simple, las ideas son todo lo que existe. La pregunta acerca de las ideas y los objetos reales no surge si tales objetos reales no existen. Además la filosofía de Berkeley refuta el ateísmo, puesto que dios puede ser ahora considerado como el perceptor omnisciente que, al percibir todas las cosas, garantiza la continuidad de su existencia. Berkeley no quiso abandonar la creencia en la existencia del mundo físico. El pensar que yo soy el único que poseo una mente y que todas las cosas desaparecen cuando no estoy cerca es algo que puede conducir a la locura. En vez de adoptar esta postura, al igual que Descartes había intentado llegar a comprender los fundamentos de psicológicos que se encuentran más allá de la mente y que sostienen nuestra creencia en un mundo físico. Ambos llevaron a cabo una introspección reflexiva, marcando el programa de la posterior investigación psicológica. En este sentido es especialmente signifiativo el análisis realizado por Berkeley en torno a la percepción de la profundidad. Berkeley resolvería el problema al postular la existencia de otras sensaciones que nos proporcionarían claves sobre la distancia a la que se encuentran los objetos. Berkeley aceptó la afirmación empirista según la cual la asociación debe ser adquirida por medio del aprendizaje. La afirmación de que la percepción de la profundidad debería ser aprendida sería posteriormente refutada por Immanuel Kant al afirmar que la percepción de la profundidad es innata. Según Berkeley, todo lo que vemos del mundo es un conjunto de manchas coloreadas que se proyectan sobre la retina. Debemos aprender a ver tales manchas como libros, personas, gatos, etc. Debemos aprender a creer que todavía seguimos viendo un libro rectangular cuando, de hecho, lo que estamos viendo es una mancha azul en forma de pirámide truncada.
Este análisis de la visión realizado por Berkeley apoya su idealismo. El mundo sensorial e ideacional que experimentamos es tan sólo un conjunto de sensaciones. Creemos en la permanencia de los objetos porque ciertos conjuntos de sensaciones se asocian entre ellos de forma regular. De aquí que la creencia en la materia sea tan sólo una inferencia aprendida, ya que la materia como tal no se percibe directamente. La filosofía de la mente de Berkeley se convertiría en la base de, al menos, una importante psicología de la conciencia: el estructuralismo de E: B. Titchener. Berkeley había mantenido que nacemos percibiendo el mundo como un conjunto de sensaciones aisladas que se proyectan sobre la pantalla bidimensional de la conciencia. La investigación de Titchener fue un intento por dehacer ese aprendizaje.
Conviviendo con el escepticismo: David Hume (1711-1776).
Hume analizó la naturaleza humana a partir de la observación introspectiva y del comportamiento de los demás. El propósito de Hume era sustituir la metafísica por la psicología, su “ciencia de la naturaleza humana”. Terminó demostrando que la razón por sí misma, la esencia cartesiana de la mente humana, tenía poca capacidad para producir conocimiento útil acerca del mundo. Esencialmente la propuesta de Hume consiste en rechazar la búsqueda filosófica de la certeza absoluta por considerarla un asunto de locos y proponer que la naturaleza humana en si misma se basta para construir una ciencia y una moral falibles.
Al igual que Locke, Hume comenzó su investigación en torno a la naturaleza humana categorizando los contenidos de nuestras mentes. Locke había denominado a los contenidos de nuestra mente “ideas”, pero Hume, siguiendo a Francis Hutcheson (1694-1746), sustituyó este término por el de “percepciones”. Las percepciones se dividen en dos tipos: impresiones e ideas. Las impresiones son, en esencia, lo que hoy denominamos sensaciones, mientras que las ideas serían para hume copias menos intensas de las impresiones. Tanto las impresiones como las ideas provienen o bien de las sensaciones que producen los objetos externos o bien de la reflexión. Las pasiones pueden ser de dos tipos: pasiones violentas tales como el amor, el odio o el resto de las emociones y pasiones tranquilas, tales como los sentimientos estéticos y morales.
Cuadro- Clasificación del contenido de la mente humana por Hume.
PERCEPCIONES
IMPRESIONES IDEAS
Impresiones de sensación, incluidos Impresiones de reflexión, incluidas las
El placer y el dolor pasiones y emociones
Violentas (pasiones) Tranquilas. Sentimientos
morales y estéticos
Por último Hume distinguió entre percepciones simples y complejas. Una impresión simple corresponde a una sensación elemental e indivisible como, por ejemplo, la visión de un punto azul de tinta. La mayoría de las impresiones son complejas, ya que nuestros sentidos están expuestos normalmente a muchas sensaciones simples de forma simultánea. Las ideas simples son copias de las impresiones simples, mientras que las ideas complejas son agregados de ideas simples. Las ideas complejas pueden ser descompuestas en ideas simples, que son copias de impresiones simples. Hume defendía una posición positivista, según la cual todas las ideas significativas deben ser reducidas a un elemento observable y fue un atomista psicológico al defender que las ideas complejas se construyen a partir de sensaciones simples. Según hume tan sólo existen tres principios de conexión entre ideas que podemos denominar semejanza, contiguidad en el tiempo o el espacio y causa - efecto. La semejanza: un retrato nos hace pensar de forma natural a la persona a la que representa. La contiguidad: cuando se menciona la iglesia de Saint Denis surge de forma natural la idea de Paris. La causalidad: cuando pensamos en el hijo es probable que nuestra atención se desplace hacia el padre.
Para Hume la asociación era el principio básico para la investigación. Según Hume, la causalidad no es tan sólo una forma de correlación, sino que es un sentimiento de necesidad entre dos acontecimiento. Esto significaría que la causalidad no sería un principio básico de asociación, ya que podría reducirse a la suma de la contiguidad y del sentimiento de necesidad. La capacidad para generalizar es innata e infalible y somos ignorantes respecto a sus operaciones. El hábito es un guía más segura que la razón para deselvorverse por el mundo.En la obra de Hume podemos identificar los primeros indicios de la psicología de la adaptación. Hume al confiar en la naturaleza humana, se estaba oponiendo al escepticismo. A Hume le molestaban, al igual que a Sócrates, los sofístas y los atomistas, aquellas mentes incapaces de vivir sin la posibilidad de conocer las verdades inmutables y eternas. Aunque Hume sólo pretendía mostrarnos como se puede vivir en un mundo en el que no existen verdades absolutas, sus críticos le consideraron como un autor muy peligroso.
La reafirmación del sentido común: la escuela escocesa.
Thomas Reid fue el fundador de este movimiento., escribe: “desprecio a la filosofía y renuncio a su guía, permitid que mi alma viva de acuerdo con el sentido común”. Además de Reid (1710-1796), otros miembros de la escuela escocesa fueron James Beattie (1735-1803), un divulgador de la obra de Hume que también polemizó contra él, y Dugald Stewart (1753-1828) que había sodo alumno de Reid. Inició la filosofía del sentido común, volviendo al punto de vista aristotélico, según el cual la percepción sólo capta al mundo tal y como es en realidad. Defendió la existencia de tres en vez de cuatro, elementos participantes en la percepción: el perceptor, el acto de la percepción y el objeto real. No existe una fase de representación independiente como ocurria en el teatro cartesiano, sino que nuestros actos perceptivos entran en contacto directo con los objetos, no sólo con las ideas representativas de los mismos. Conocemos el mundo de forma directa e inmediata, lo que sí es consistente como lo que cada uno de nosotros creemos, más allá de las engañosas enseñanzas de la filosofía. Este punto de vista es conocido por los filósofos como realismo directo a diferencia del realismo representacional defendido por Descartes, Locke o Hume y del idealismo postulado por Berkeley o por Kant. Reid también planteó dos temas que serían relevantes para la psicología posterior. En primer lugar rechazó la idea, que podemos encontrar en Berkeley, Locke, Hume y Kant, según la cual la experiencia consciente está formada por elementos de sensación. Al experimentar directamente los objetos tal y como son, no es necesario proponer una especie de fuerza de gravedad de la mente o fuerza de la sensación que mantenga cohesionadas las impresiones complejas y las ideas. Para Reid el material bruto de la experiencia son los objetos en sí mismos. Reid tendría también sus seguidores, como los psicólogos de la Gestalt o William James. Los conceptos son símbolos mentales que representan algo real, por lo que la percepción sería similar al lenguaje.
Reid creía que la percepción es siempre significativa. Los conceptos son símbolos mentales que representan algo real, por lo que la percepción sería similar al lenguaje. La experiencia compleja no puede ser reducida a sensaciones atómicas sin que pierda algo esencial: su significado. El segundo aspecto esencial de la filosofía de Reid es su defensa del innatismo. A su manera Reid recuperó los argumentos de Hume, este fue un ateo, nuestras facultades al no venir de dios pueden errar, su diferencia es de carácter religioso, Reid era ante todo un clérigo. Reid sin embargo, evitó el escepticismo al afirmar que el todopoderoso había implantado en cada uno de nosotros los primeros principios que serían necesariamente válidos debido a su procedencia. Entre los filósofos escoceses, un discípulo de Reid llamadoDugald Stewart dio un paso importante hacia la psicología, abandonó el término sentido común para utilizar el términoasociación, sus consideraciones sobre la atención y la memoria tienen un cierto aire contemporáneo incluso llevó a cabo algunas distinciones que podemos encontrar en la moderna psicología del procesamiento de la información. Gracias a Stewart, la filosofía escocesa se convirtió en una escuela bastante influyente, fundamentalmente en EEUU.
La reafirmación de la metafísica: Immanuel kant (1724-1804).
Antes de leer la obra de Hume, Kant había sido un seguidor de Leibniz debido a la influencia que había ejercido sobre él su maestro Christian Wolff (1679-1754). Sin embargo, Hume deshizo el “dogmatismo” leibniziano de Kant con su análisis psicológico del conocimiento humano. Kant consideró que las conclusiones de Hume podían minar la certeza del conocimiento además de amenazar los logros conseguidos por la física newtoniana. Al igual que Platón, Kant perseguía la verdad transcendente, sin contentarse con las verdades meramente útiles. Como resultado, Kant intentó rescatar la metafísica. Se dio cuenta de que la vieja metafísica especulativa que trataba sobre Dios y la sustancia espiritual de la humanidad estaba muerta y, de hecho, Kant demostró que había sido siempre una ilusión. Kant deseaba demostrar la validez del conocimiento humano más allá de cualquier hecho empírico relacionado con la formación de los hábitos en el hombre (a diferencia de Hume). La respuesta de Kant a Hume, fue similar a la de Reid. De lo que tenemos conocimiento es, de los fenómenos. Nuestra experiencia nunca puede violar la causalidad, ya que estamos constituidos de tal forma que cada hecho que experimentamos tiene una causa. Detrás de los fenómenos se encuentra lo que Kant denominó los noumena o las cosas - en - sí. En el mundo nouménico existen hechos sin causa. Por ejemplo, Kant pensaba que la libertad moral humana pertenecía al reino nouménico. No obstante, en cuanto que los noumena nos afecta por ser una fuente de fenómenos, todos los hechos son percifidos desde la causalidad.
La diferencia fundamental entre Hume, por una parte, y Reid y Kant por otra, está relacionada con la magnitud y la naturaleza del equipamiento innato con la que estariamos dotados los seres humanos. La filosofía de Kant influyó directamente sobre el psicólogo suizo Jean Piaget. Kant propuso una sorprendente afirmación: son los objetos los que se adaptan a nuestro entendimiento y no al revés. Para Kant la mente estructura la experiencia de forma activa, de manera organizada y reconocible. Así se puede rescatar al conocimiento humano del escepticismo. La metafísica ilusoria se produce cuando la razón humana aplica a sus categorías, inherentes al entendimiento, sobre los noumena. De esta forma, los intentos por demostrar la existencia de Dios son vanos, ya que Dios no puede nunca ser conocido fenoménicamente, y por ello el concepto empírico e innato de “existencia” simplemente no es aplicable a Dios, por la misma razón, tampoco podría ser probada la no existencia de Dios. La teoría de kant se ha visto apoyada por algunos hallazgos que indican que la percepción del espacio tridimensional es innata pero, por otra parte, su teoría ha sido puesta en duda por la moderna física cuántica, en la que no todos los hechos están relacionados con causas.
Kant consideró la existencia de una ciencia, o al menos de una disciplina. La denominó antropología: el estado de los seres humanos, la antropología kantiana sería una psicología del sentido común, por lo que requiere que nos detengamos en su análisis, distinguió entre una antropología fisiológica, que estaría relacionada con el cuerpo y los efectos que ejerce sobre la mente, y una antropología pragmática, referida a las personas como elementos moralmente libres y ciudadanos del mundo. Los métodos de la psicología pragmática era fundamentalmente la introspección, con mesura que que un exceso de reflexión puede desembocar en un estado de locura. El objetivo de la antropología pragmática es la mejora del comportamiento humano Nuestra mente sería como un inmenso mapa en el que sólo existirían unos cuantos puntos iluminados, esta explicación es idéntica a la que daría con posterioridadWund. Los sucesores intelectuales más directos de Kant idealistas especulativos alemanes.
La crisis moral.
Claude Helvetius escribía “ me parece que la ética se debería de tratar de la misma forma en que se trata al resto de las ciencias y que se debería desarrollar una ética experimental de la misma forma que se construye una física experimental. Este será el centro vital del proyecto de la Ilustración: encontrar la forma ideal para la vida humana a través de la investigación científica y lograr hacer real esa forma de vida aplicando la tecnología científica.
La ética experimental: el naturalismo francés.
Se pueden identificar dos fuentes principales para el naturalismo de los filósofos franceses, la primera fue la psicologías empírica de John Locke, la segunda la fisiología mecanicista de Descartes. La extensión más directa del hombre - máquina fue la de La Mettrie al decir, “concluyamos con audacia que el hombre es una máquina”, que el alma no es más que una palabra vacía. Estaba defendiendo la doctrina denominada transformismo, según esto el universo no habría sido creado por dios, sino que habría emergido a partir de la ley natural. El ser humano de La Mettrie es parte de la naturaleza. En contra de la insistencia cartesiana en la exclusividad del lenguaje humano, Le Mettrie sugirió que los monos podían transformarse en pequeños caballeros si se les enseñaba el lenguaje que se utiliza para enseñar a los sordos. No obstante, La Mettrie seguía siendo cartesiano al afirmar que el lenguaje es lo que convierte a una persona en humana. Lo único que negaba era que el lenguaje fuera innato, ya que pensaba que podríamos hacer que un simio llegara a ser humano enseñándole un lenguaje. Deja una puerta abierta al hedonismo absoluto al afirmar que la meta en la vida es ser feliz. Creía que el tejido biológico era capaz, cuanto menos, de autoregeneración y movimiento. La materia está viva, es vital y no puede ser consdierada como materia muerta y es precisamente esa vitalidad la que hace posible aceptar el hombre-máquina. En el siglo XX el vitalismo se convertía en el mayor enemigo de los biólogos científicos, pero es innegable que representó un paso importante en la fundación de la ciencia biológica.
Aunque la verdad de La Mettrie no fue aceptada por todos los filósofos, el materialismo se convertiría en una doctrina cada vez más importante en el pensamiento occidental. EL barón Paul d´Holbach (1723-1789) adoptó en su forma más extrema la concepción materialista, desarrollando sus implicaciones deterministas y ateas. Será este vínculo del materialismo con la crisis moral el que pasaremos a revisar a continuación.
El otro camino que conduce al naturismo es el empirismo de Locke, que inspiró a los “Newtons de la mente” franceses. La tendencia general del pensamiento de estos newtons de la mente fue el sensancionalismo, corriente que considera a la mente como un mero compuesto de sensaciones y que niega tanto la existencia de facultades mentales autónomas como el poder de reflexión que Locke había incluido en su psicología. el principal seguidor fueEtienne Bonot de Condillac(1715-1780), este nos legó un alma humana semejante a la que nos había dejado Descartes, en la que el rasgo diferencial es el pensamiento. Condillac que era religioso, dejo que fueran otros pensadores que despojaran al hombre del alma. Codillac rechazó a todos los filósofos excepto a Locke. Con el tratado de las sensaciones llevó a cabo sus promesas de reducir a un principio simple todo lo relativo al entendimiento humano. Este principio es la sensación.
Uno de estos pensadores radicales fue Claude Helvetius (1715-1771), que aceptó tanto el empirismo de Condillac como una versión mecanicista del materialismo de La Mettrie. El ser humano solamente poseería sentidos, una mente pasiva capaz de recibir sensaciones y un cuerpo capacitado para llevar a cabo ciertas acciones. Todo aquello en que se convierte una persona es fruto del entorno en que se desarrolla (el comportamiento humano es totalmente maleable).Helvetius encontró razones para el optimismo en esta maleabilidad de la mente, ya que una educación adecuada podría conducir a un mejor desarrollo individual
Tanto Codillac como la Mettrie habían afirmado que el placer es la causa natural para nuestra existencia, la naturaleza nos hace buscar el placer. La Mettrie contempla la posibilidad de un mundo sin sentido, el abismo de nihilismo moral, que habían visto todos los filósofos pero que habían intentado evitar. Sin embargo, cuanto menos un hombre saltaría sin problemas hacia ese abismo, proclamando la autonomía del placer, lo ilusorio de la moral, la ley del más fuerte y una vida placentera basada en el crimen. El marques de Sade (1740-1814) nos ofrece en su obra Historia de Julieta una descripción de porqué el más fuerte debería dominar al más débil en la búsqueda de la felicidad. Según Sade, si la única meta en la vida que puede encontrarse en el naturalismo es el placer, cada individuo debería buscarlo sin sentirse inhibido por la moral o por las opiniones de la sociedad, puesto que al hacerlo estaría cumpliendo con la ley natural. La ley moral no es más que una ilusión metafísica.
Sentido moral: la escuela escocesa.
La teoría escocesa del sentido moral es importante por tres aspectos, primero porque rechaza abiertamente las afirmaciones extremas de Hobbes y de los naturalistas franceses. Segundo porque tuvo que ver con la fundación de la psicología y tercero porque ejerció una gran influencia sobre los EEUU. El que fuera maestro de Thomas Reid, George Turnbull, expone la posición característica de los escoceses. Intentó hacer por la moral lo que Newton había hecho por la naturaleza, investigando “acerca de los fenómenos morales de la misma forma en que lo hacemos con los fenómenos físicos”.
La contrailustración.
El imperialismo de la razón y de la ciencia defendido por los filósofos ilustrados favoreció una reacción por parte de algunos pensadores que lo encontraban realmente inhumano. Contra este imperialismo propusieron la autonomía de la cultura y contra los excesos de la razón defendieron los sentimientos del corazón.
El criterio y la regla de la verdad es “haberlo hecho”: Giambattista Vico (1668-1744)
Una de las corrientes de la Contrailustración se inició con este oscuro filósofo italiano ya que había gestado sus ideas incluso antes del comienzo de la propia ilustración. Vico inició una tradición filosófica que respeta las intuiciones clásicas del platonismo y del cristianismo, según la cual los seres humanos son radicalmente diferentes del resto de los animales. Aunque Vico no postuló la existencia de un alma inmaterial. Lo que hace diferente al ser humano es la cultura. El conocimiento de la naturaleza es un conocimiento inferior comparado con el de la historia y de la sociedad, la naturaleza sólo dios puede conocerla pues el, la ha construido. La historia sería la más grande de las ciencias. De acuerdo con Vico los seres humanos se hacen a sí mismos a través de la historia, por lo que no existe una naturaleza humana eterna. Debemos expresar todas las culturas, pues son, creaciones humanas. Vico anticipó una diferencia que veremos más claramente en Herder, la distinción entre la ciencia natural newtoniana que persigue la regularidad de los hechos para resumirla en leyes científicas yla ciencia espiritual o ciencias humanas que estudian la historia y la sociedad. Su método no es la observación externa, sino el entendimiento comprensivo subjetivo.
Vivimos en un mundo creado por nosotros mismos: Johann Gottfried herder (1744-1803).
Son las ideas de Vico, formuladas de manera independiente, Herder también acentuó las diferencias culturales como algo único. Ayudó a sentar las bases del romanticismo. Herder se opuso a la psicología de las facultades porque representaba una fragmentación de la personalidad humana. Tanto para el individuo como para su cultura Herder acentuó el desarrollo biológico. AL considerar que cada cultura es única, se opuso a cualquier intento de imponer los valores de una cultura sobre otra. Herder y Fitche definieron la raza en términos del lenguaje común en vez de hacerlo desde el punto de vista pseudobiológico utilizando posteriormente por los nazis, ambos contribuyeron a crear un ambiente en el que los alemanes se consideraron como algo especial. Los pensadores alemanes incluyendo tanto a Wundt como al orgulloso judío Freud, se vieron a sí mismos como algo diferentes y superior a los pensadores de otros lugares.
Naturaleza versus civilización: Jean-Jacques Rousseau (1712-1778).
En Francia la contrailustración comenzó en 1749. Afirmó “existir es sentir” y “ los primeros impulsos del corazón son siempre los correctos”. Estos sentimientos nos recuerdan de inmediato a Herder y apuntan hacia el romanticismo. Al igual que Herder, rechazó el mecanicismo porque no podía explicar el libre albedrío de los seres humanos. Se enfrentó a las concepciones de Hobbes sobre la naturaleza humana y la sociedad. En las islas del Pacífico, aparentemente, la vida de los seres humanos estaba lejos de ser solitaria, sucia, bestial o breve. Los habitantes de estas islas se convertirían en los famosos Nobles Salvajes de Rousseau. Rousseau consideró que el estado de la sociedad actual corrompía y degradaba la naturaleza humana. En vez de una vuelta a las costumbres primitivas, Rousseau defendió la creación de una sociedad nueva menos alienante, ideal al que se sumaron los protagonistas de la Revolución francesa. Era amigo de Condillac y compartía con él sus posiciones empiristas y su interés por la educación.
Al creer en la maleabilidad y en la capacidad de perfección del ser humano, se convierte en un precedente de la teoría de Skinner, quien defendió una sociedad cuidadosamente controlada cuya meta fuera la felicidad humana.
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