LA AUTOOBSERVACIÓN
La autoobservación nos va a ayudar a conocernos a nosotros mismos, ya que nuestras propias variables internas nos van a ofrecer datos sobre por qué nos comportamos de una determinada manera. La autoobservación aumenta el crecimiento de nosotros mismos y, a veces, descubrimos cosas de las que no somos conscientes. Al ser esto una técnica, tiene unos objetivos macados; el psicólogo, tras entrenar al sujeto, le pide que se autoobserve para alcanzar datos difíciles de conseguir por éste por su intimidad. La autoobservación nos permite auto-controlarnos, porque podemos prever nuestro comportamiento y así poder controlarlo; cuanto más conocimiento tengamos de nosotros mismos, más podremos auto-controlarnos y mejor nos adaptaremos. Por tanto, la autoobservación consiste en una conducta deliberada de un sujeto que se da cuenta de otras conductas de sí mismo. Ésta siempre tiene una meta y es un doble proceso porque engloba el auto-análisis y el registro.
La autoobservación como método de evaluación psicológica
La autoobservación se sistematiza y tiene unos objetivos previos, ofreciéndonos datos íntimos de las personas y permitiéndonos hacer cambios en esos comportamientos. Hacerla:
- Cuando queramos datos muy íntimos de una persona.
- Cuando los comportamientos sean poco evidentes para los observadores externos, pero muy significativos para el sujeto (ej: conductas encubiertas).
- Para los comportamientos que están encadenados a una variable interna (ej: ansiedad-comer).
La autoobservación puede ser útil como elemento motivador porque la persona se conoce mejor y puede provocar cambios, los cuales, si son buenos, actúan como refuerzo. La autoobservación también puede hacerse retrospectivamente, aunque la reconstrucción del pasado no sea exacta. También es importante hacerla para conocer la forma de pensar del sujeto, para conoce que punto de vista tiene él de las cosas.
Limitaciones de la autoobservación
El mayor problema es la reactividad del sujeto, ya que al autoobservarse altera su propio comportamiento, lo cual puede eliminarse dándole un periodo de adaptación a la situación. Además hay que explicarle muy bien lo que debe autoobservarse, sino los datos no sirven y, aún así, éstos pueden ser imprecisos. La imprecisión tiene que ver con la cultura de la persona (los de niveles bajos será más difícil que puedan autoobservarse); nuestro mundo interno se construye en base a nuestro lenguaje, si alguien tiene bajo nivel de lenguaje, su mundo interno está limitado, y nos dará datos imprecisos. También hay que tener en cuenta el ciclo vital.
Procedimientos y técnicas de autoobservación
Nos autoobservamos con un fin que siempre es mejorar. Para ello, podemos autoobservar:
- El nivel motor: Moverse, andar, come, etc.
- La comunicación: Como hablamos con los demás y con nosotros mismos. Obtener información de la comunicación interna solo es posible mediante la autoobservación.
- El nivel oréctico/emocional: Emociones y sensaciones, y saber por qué se han producido.
- Nuestras respuestas psicofisiológicas: Sudoración en las manos, enrojecimiento de piel, latidos del corazón (que nosotros no lo percibimos y él si), etc.
Hay que determinar las unidades de análisis y los tipos de registro, ya que a veces, interesa registrar lo que ocurre pero otras nos interesa registrar lo que no sucede, así como el momento en el que (no) ocurre. Hay que registrar las unidades de medida para la autoobservación, que son la ocurrencia, duración e intensidad (información de la percepción del sujeto), las cuales dependerán del tipo de observación. Normalmente nos interesa recoger un análisis funcional de comportamiento, es decir, como se encadenan estas conductas:
1. Antecedentes: Estímulos discriminativos, claves internas o externas que nos llaman la atención y nos altera.
2. Conducta: Comportamiento diana que quiero observar.
3. Consecuentes: Lo que ocurre después de la conducta, es decir, los efectos internos o externos.
Ej: Pepita oye una canción (antecedente) que le recuerda a su ex novio que la dejó, por lo
que se pone a llorar (conducta) y, al ver que la gente la mira, se va del bar (consecuente).
Para observar nuestro comportamiento, es importante que haya, por lo menos, cinco variables a analizar: momento, lugar, actividad que se realiza, presencia de otra gente y variables internas (pensamientos y emociones). Los resultados de las acciones (producto de comportamiento) pueden ser la cantidad, el tiempo, etc., y a veces, es más importante observar esto que la conducta en sí. La autoobservación no debe ser aversiva, por que acarrea consecuencias negativas, por lo que no puede hacerse con ciertos pacientes (ej: obsesivos).
Momentos de observación y de registro
La autoobservación no se debe hacer todo el rato, hay que elegir bien los intervalos, recogiendo datos en momentos concretos. Hay que usar muy bien la forma de registro.
Técnicas de autoobservación
Las condiciones para un registro es que todo tipo de auto-registro debe ser fácil de llevar y de usar, así como compatible con la forma de vida del sujeto. Las formas de registro son:
Técnica de lápiz y papel.
Diarios conductuales/registros narrativos: Es un instrumento positivo y sensible en el que se relatan libremente las emociones, ideas y acciones (sin mezclarlas), pero aparecen ciertas experiencias de la persona ya definidas. Este método nos permite contextualizar al sujeto, darnos una idea global de él. La pega de este diario (que también puede hacerse con una grabadora) es que, normalmente no se lleva encima en todo momento y, por tanto, se mezclan diferentes momentos del día.
Ficha de autoobservación: Es muy útil y sencilla, y nos da información puntual sobre si una conducta ocurre o no. Ésta es fácil de manejar y de construir, dándonos datos muy precisos ya que pueden ponerse otras unidades de medida además de la ocurrencia. La ficha de autoobservación solo nos permite comprobar comportamientos muy aislados o específicos; para que sea más completo, puedes poner cuando realizas esa conducta, intervalo, cantidad, etc.
Registro de conducta o comportamiento: Dentro de éste pueden estar:
- Registros gráficos: Se hacen con análisis de signos. Son buenos porque son rápidos al cambiar las palabras con signos (adecuado para niños).
- Dispositivos mecánicos: Son una forma de auto-registro sencilla pero eficaz, ya que con ella puedes saber la frecuencia de diferentes tipos de comportamiento. Ej: “contador de respuesta”: se basa en pasar una moneda de un bolsillo a otro cada vez que se dé una conducta; “miniábacos”: meter varias bolas (cada una de un color representando un comportamiento) en una cinta. Esto facilita mucho la cuantificación y, tras ello, hay que escribir todo con lápiz y papel para obtener los datos exactos mediante un gráfico. Nos da la (no) frecuencia.
- Técnicas cronométricas: Nos permiten analizar a duración y se usan mucho.
- Técnicas electrónicas/automáticas: Nos pueden ayudar pero deben ser fáciles de adaptarse. Sirven para grabar narrativamente lo que te va sucediendo.
- Un autor vio que ciertos pacientes sabían autoobservarse, pero que no sabían registrar la información, por lo que decidió poner un contestador para que le fueran dando la información oralmente. Esto, hoy día, puede hacerse mediante videoconferencias, e-mail, etc.
Indicaciones prácticas para la autoobservación
La motivación es muy importante en la autoobservación porque sino el sujeto lo hará con poca gana y no nos dará datos útiles. Además, como a veces les cuesta registrar lo que observan, hay que hacerles ver que su memoria es frágil (preguntando cosas del pasado) y hacer que así se esfuercen en registrar todo los que observan, sienten, etc. Además, y muy importantes, hay que enseñarles para que se autoobserven, empezando con pequeñas conductas fáciles de autoobservar y registrar, practicando durante varias sesiones con situaciones reales, etc., para ir incrementando después la dificultad hasta llegar al punto que queremos. Tenemos que ayudarle y enseñarle a hacer el registro, seleccionando la técnica de registro idea para cada él y enseñarle a usarlo, así como determinar claramente las unidades de análisis y de medida. Tras haber hecho la autoobservación, hay que hacerle un feedback al sujeto, diciéndole qué hemos corregido y agradeciéndole que nos haya prestado esa ayuda. Además, tras esto, podemos animarle a que se auto-premie o auto-elogie (ej: ha dejado de fumar, que el dinero que se ha ahorrado se lo gaste en lo que quiera). Toda autoobservación tiene que producir efectos positivos, ya que si da como resultado solo efectos negativos, no se ha de llevar a cabo. De todos modos, toda autoobservación tiene ambos efecto, por lo que hay que saber controlar los negativos. A veces las personas fracasan porque tienen que autoobservar sus hábitos que los hacen de forma automática y no se dan cuenta (ej: morderse las uñas), por lo que tienen que aprender a discriminarlos mediante un estímulo que se presente cuando se da la conducta (son los más difíciles de autoobservar). También hay hábitos emocionales y cognitivos, que son aún más difíciles de autoobservar.
La precisión de la autoobservación
Para saber si los datos de una autoobservación son fiables, tenemos que compararlos con otros que hayamos obtenido con otros medios, teniendo en cuenta ara ello variables como:
- Tener a alguien del entorno observando también el comportamiento, sin que sepa quien es.
- Reforzar e esfuerzo por hacer la autoobservación.
- Tener en cuenta el tipo de conducta unas son más fáciles de autoobservar, motoras, que otras, auto-mensajes) y valor de la perronaza (lo importante para él lo autoobservará mejor).
- El tipo de registro puede mejorar o empeorar la autoobservación.
- Si está haciendo varias cosas, éstas pueden interferir en la autoobservación.
- Entrenar a la persona bien para que la autoobservación sea válida y fiable.
Hay dos elementos que van a hace más imprecisa la autoobservación:
- Reactividad: Cuando el sujeto se autoobserva, está provocando reacciones que no son habituales, por lo que los primeros datos no son importantes y hay que esperar a cuando el sujeto se haya adecuado a la situación de autoobservación.
- Subjetividad de la conducta: Lo mejor es decirle que se autoobserve en momentos puntuales, teniendo en cuenta que lo hace para conseguir algo.
Consideraciones adicionales
La autoobservación también es una técnica terapéutica y diagnóstica, que nos sirve para
ayudar al sujeto a través de sus propios ojos. Si el sujeto se está autoobservando deja de ser pasivo y empieza a ser consciente de que su actitud tiene influencia en el medio y hasta que punto la tiene, con lo que logramos que éste entienda que es posible el cambio tanto suyo como del medio porque ahora es él quien tiene el control. Las anotaciones del sujeto son importantes para el psicólogo porque escribe lo que realmente le preocupa, aclarándonos así las metas que desea conseguir y sus capacidades mismas. Si la autoobservación es negativa se vuelve contra el sujeto, pero si usamos la reactividad adecuadamente podemos realizar comportamientos positivos con ella y que el cambio le sea más fácil. Hay que tener en cuenta también qué le pedimos al sujeto que observe, ya que no es lo mismo la facilidad de conductas motoras que la gran dificultad que tiene la autoobservación de los hábitos emocionales, por ejemplo. La autoobservación hace que la persona participe tanto en la evaluación como en el diagnóstico y en el tratamiento.
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EVALUACION PSICOLOGICA
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